jueves, 5 de enero de 2012

de piedras y fe

Etiopia son mil lugares en uno y a su vez, ninguno parecido al que en este momento alcances a imaginar.

Si describir un entorno delimitado por unas fronteras meramente administrativas o políticas es complicado, hacerlo de Etiopia es simplemente, imposible. Amalgama de culturas y contrastes la sorpresa no cesa hasta mucho después de abandonarlo.

La historia del norte, y haciendo un interesado intento de simplificación, se empezó a escribir a golpe de cincel en el Siglo IV d.c. con la llegada de evangelizadores cristianos desde Egipto y Siria, y fundamentalmente, tras la ruptura con las tesis católicas a partir de Concilio de Calcedonia en el SV d.c. y la llegada de los 9 santos…. Pero esto ya es otro tema.

Esta historia comienza en el Tigrai, donde la fe llevo a la búsqueda de refugio espiritual en lugares imposibles, cerca, muy cerca de Dios quién quiera que sea y dónde sea que esté…(para los atrevidos, os dejo un link a un video que ilustra lo que quiero decir….Su interior y el detalle de sus frescos conservados a lo largo de los años o las miniaturas de las biblias sobre piel de cabra desgastadas por paso de sus páginas es la recompensa.
Pero una vez más, el verdadero tesoro estaba en ellos, guardianes de la herencia de las montañas, los abunas conservan en cada gesto de su piel el rastro de una fe que todavía da sentido al ser humano.

Al sur de las montañas, en la comunidad de Lallibela. La religión continúa su presencia abrazada a la roca en uno de los complejos más espectaculares que tus ojos hayan llegado a imaginar. Construido en el SX, Lallibela es el sueño de tierra santa hecho realidad. Un deseo de acercar la entonces inalcanzable Jerusalem a través de 11 construcciones excavadas en la roca basáltica a imagen y semejanza de la tierra prometida.
A 10 metros bajo tierra y a puro golpe de cincel se labró en la tierra la cuna de iglesia etíope.
Un teatro eterno que alberga una marea blanca en las horas de los rezos. Seas creyente o no, la devoción de cientos de personas envueltas en sus túnicas blancas sobrecoge hasta a las almas más desilusionadas de los tiempos que nos toca vivir.
Los reducidos interiores, moldeados en torno al recogimiento del sancta sanctorum que custodia el arca de la alianza robada del templo de Salomón (dato curioso este, puesto que todas y cada una de las iglesias etíopes sostiene albergar el arca original…), no ceden espacio a una innecesaria luz cuando la verdad reside nuestro interior.
Sólo el conocimiento de la palabra, el crecimiento espiritual, goza del escaso privilegio de la intrusión del exterior.
Fragmentos de Abyss, mil historias un lugar de la ruta Etiópica de Kananga, si os ha picado la curiosidad, os invito a la galería de fotos en fb.

1 comentario:

  1. Que pena que no te seleccionaron este post para el concurso. El otro es precioso tambien, pero la verdad es que las fotos que hiciste en Etiopia son increibles. ME encanta tambien el de Zanzibar.

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